miércoles, 30 de julio de 2008

Día 5. Comino









Vuelta a Cirkewwa, al noroeste de la isla, para coger un barquito que nos llevaría a Comino. Es como una golondrina de Barcelona.
Otro sofoco: anteayer, cuando viajamos a Gozo, en el puerto había un tipo repartiendo propaganda para ir a Comino, que nos convenció utilizando el señuelo de que el viaje de ida y vuelta de los adultos costaba 10 euros, y los niños gratis, señalando a Érik y Àlex. Pues bien, a la hora de la verdad, los niños como los nuestros pagaban medio billete. Me enfrenté al señor, diciéndole que no era aquello lo que había prometido, y acabó sin cobrarnos el pasaje de los niños, pero de muy mala leche. Me molestan estos regateos.

El barco nos llevaba a la Laguna Azul, lugar paradisíaco si no hubiera gente ni barcos. El agua es de color azul turquesa intenso, aunque con rocas en el fondo, y para llegar a esa promesa esmeralda hay que atravesar primero otras rocas cubiertas por algas marrones.

Hay dos orillas, a uno y otro lado de la laguna, con un enjambre de gente, sombrillas y hamacas. En una orilla hay chiringuito, donde se podía comer, y por lo tanto es la más poblada. So pena de quedarnos sin comer, decidimos que nos dejasen en la otra, pensando que estaríamos más tranquilos.

...JA!!!

Un colegio de italianos en viaje de fin de curso en pleno, ocupaba el minúsculo espacio de arena que nos correspondía a tropecientas personas.

Aún así, alquilamos una sombrilla y dos hamacas, y nos colocamos en un extemo, junto a las rocas, casi dentro del agua. El mismo tipo que alquilaba, vendía unos bocadillos infectos que compramos para comer.

Mientras nosotras nos relajábamos, los niños cruzaron a nado hasta la otra orilla, donde había un acantilado de unos 10 ó 12 metros desde donde se tiraron tras valorar los riesgos y ver a otros que también lo hacían.

Presenciamos un desfile de modelos, modelitos, reporteros gráficos, narcisos y otras hierbas, y tras criticarlos abiertamente, aprovechando que no nos entendían, y emularlos posando, cual sirenita, volvimos al punto de partida del barco, de donde nos recogían a las cinco.

El trayecto de vuelta a Malta incluía un paseo alrededor de Comino, acercándonos a las grutas de sus acantilados. Mira por dónde, Eva se quedó sin batería en la cámara, y yo con la tarjeta llena!

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